Nada
abrumador, un espacio simple, coronado de anaqueles de madera repintados hasta
el cansancio, algunos ejemplares sobre las pequeñas mesas –llamadores del instinto
lector-, y un sigiloso, casi invisible guardián,
siempre dispuesto a guiarnos en el camino entre las páginas nuevas. ¿Quién no ha transitado alguna vez ese espacio que, como escribiera Borges es ni más ni menos que “El universo (que otros llaman la Biblioteca)…”…?.
siempre dispuesto a guiarnos en el camino entre las páginas nuevas. ¿Quién no ha transitado alguna vez ese espacio que, como escribiera Borges es ni más ni menos que “El universo (que otros llaman la Biblioteca)…”…?.
Hoy,
día de l@s Bibliotecari@s, les saludamos y agradecemos, por seguir resguardando
con cálida parsimonia ese espacio en que siempre –más allá de venturosos
destinos informáticos- se descubrirán todos los paisajes de la memoria y la
imaginación.
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