Como un fiel más, al iniciar o al concluir
las Misas en estos días en la capilla de la residencia de Santa Marta en el
Vaticano, el papa Francisco se sienta en las últimas sillas para rezar. Como
solía hacer Juan Pablo II, Francisco, -que sigue alojado en la residencia de
Santa Marta hasta que esté acondicionado el apartamento papal cuyos sellos ya
han sido retirados-, aprovecha estos días para celebrar la Misa de las siete de
la mañana con los empleados de la residencia de Santa Marta -jardineros,
limpiadores y vigilantes del Vaticano entre otros-, “con homilías breves, muy a
su estilo”, según explicó el Padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede.
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