El segundo satélite geoestacionario argentino, el Arsat-2, ya viaja rumbo a su órbita definitiva a 36.000 kilómetros de la Tierra después de haber sido lanzado hoy a las 17.29 desde el centro de la Agencia Espacial Europea en Kourou, en la Guayana Francesa.
El Arsat-2 fue lanzado por un cohete francés Ariane 5 en la misión VA226, que además puso en órbita al satélite estadounidense de bandera australiana Sky Muster.
Los técnicos argentinos de Arsat e Invap trabajaron de manera coordinada desde la sala de control Júptier, en la Guayana Francesa, la sede del Inavap en la ciudad rionegrina de Bariloche y la estación terrena de Arsat en la localidad bonaerense de Benavídez.
El reporte de que todos los sistemas estaban listos se escuchó en la sala Júpiter del centro de control a las 17.22 y logró que la inquieta delegación argentina se sintiera por primera vez en la tarde ante la inminencia del lanzamiento.
Con la cuenta regresiva entrando en el último minuto, los argentinos que no estaban atendiendo a alguna responsabilidad específica en ese momento salieron disparados hacia las terrazas del centro espacial para ver con sus propios ojos el lanzamiento que se efectuó desde una plataforma a más de 12 kilómetros de distancia.
A las 17.29 el motor Vulcán del Ariane 5 comenzó a rugir e impulsado por más de 60 toneladas de combustible despegó rumbo al espacio.
La primera sensación en llegar a los testigos fue el murmullo de los motores que se transformó en estruendo cuando la onda de sonido alcanzó a cubrir los 12 kilómetros que separan la plataforma de la sala de control; luego, el temblor del piso pasó inadvertido para muchos que ya miraban hacia en el cielo cómo el Ariane 5 ganaba altitud envuelto en una esfera de luz que casi lo convertía en un segundo sol.
Con la desaparición del bramido del cohete, en Kourou se empezó a escuchar el festejo de la delegación argentina que cantaba distintas arengas y enarbolaba banderas celestes y blancas.
Ocho minutos después llegó la primera confirmación desde la antena espacial de la ciudad sudafricana de Natal, que chequeaba que el cohete mantenía los parámetros de trayectoria esperados; detrás de ella transmitieron datos en el mismo sentido las antenas de la isla Ascención, Libreville (Gabón) y Malindi (Kenia).
Media hora después del lanzamiento y a más de 200 kilómetros de la Tierra, el Ariane 5 abrió su cofia para que el Sky Muster partiese rumbo a su ubicación definitiva, dejando todo listo para la liberación del Arsat-2.
Minutos después y a unos 250 kilómetros de la Tierra, el segundo satélite geoestacionario argentino se desprendió de la última etapa del cohete a una velocidad cercana a los 30.000 kilómetros por hora.
El éxito de esa maniobra crítica hizo estallar un nuevo festejo en la delegación argentina y por primera vez en el día permitió ver algunas caras de tranquilidad entre los técnicos argentinos afectados a la misión.
Desde ese punto, el Arsat-2 es dirigido hacia su órbita definitiva, la 81ª oeste, a 36.000 kilómetros de la superficie por los técnicos de la base terrena de Benavídez, que protagonizaron el tercer festejo argentino de la tarde al avisarles a sus colegas de la sala Júpiter que ya habían recibido telemetría del satélite.
Técnicos y funcionarios recibieron la felicitaciones de directivos de la empresa Arianne Space, responsable del cohete; de SSL, la norteamericana constructora del Sky Muster; y de NBN la australiana que lo administrará.
Luego de los festejos, el presidente de Arsat, Matías Bianchi, señaló que “cuando el Arsat-2 llegue a su órbita definitiva habremos cumplido con la primera etapa de nuestra historia, cumpliendo con nuestra misión de origen que nos convocaba a cubrir las órbitas asignadas a la Argentina con satélites de diseño y construcción argentinos”.
“El Arsat-1 fue lanzado hace menos de un año y ya podemos decir que conecta a más de 2.500 escuelas rurales, que presta servicio a las tareas científicas en la Antártida y que además muchas empresas ya utilizan su capacidad generando divisas para nuestro país. Y hoy ese mismo satélite permite que muchos chicos de lugares alejados de la Argentina vean en vivo este nuevo hito y crean que este tipo de desarrollos de soberanía tecnológica son posibles para los argentinos”, añadió.
Por su parte, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, dijo que “para la Argentina esto no se trata sólo de la capacidad para las telecomunicaciones, el proyecto Arsat es un hito de defensa de nuestra soberanía a través del desarrollo tecnológico que permitió ocupar órbitas que estuvieron cerca de dejar de ser argentinas”.
“Estos desarrollos son estratégicos, Arsat nació en 2006, el primer satélite se lanzó en octubre de 2014 y ahora festejamos el lanzamiento del segundo. Pero esta mañana también firmamos un acuerdo marco con Francia en el que mostramos que tenemos un completo plan de desarrollo en el que estamos convencidos de que vamos a estar de nuevo en este lugar en 2019 lanzando el Arsat-3”, completó.
Con casi tres toneladas de peso, 16 antenas en banda Ku y 10 en banda C, el Arsat-2 ya está en camino hacia la órbita 81 ª Oeste, desde dónde complementará las tareas del Arsat-1 y además podrá ofrecer servicio de transferencia de contenidos audiovisuales al continente americano.
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