El culto a María, como "Madre de Dios", es el culto mariano más antiguo y universal. El concilio de Éfeso, en el año 431, al condenar los errores de Nestorio, declaró dogma de fe que la Virgen María es Madre de Dios, pues su hijo, Jesús, es Dios. En 1969, después de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, la Iglesia instituyó esta fiesta y le asignó el primer día del año para su celebración, reemplazando así a la antigua fiesta de la Circuncisión del Señor, que no tenía una relevante significación entre los cristianos.
San Fulgencio, obispo.
Gran defensor de la fe de Nicea contra el arrianismo de los reyes vándalos de Cartago. Nombrado obispo de Ruspe, cerca de Cartago, sufrió el destierro y la cárcel y escribió en defensa de la ortodoxia numerosos tratados, en que se revela discípulo de San Agustín y uno de los mejores teólogos de su siglo. Murió el año 632.
San Odilón, abad.
Fue uno de los grandes abades de la Orden del Cluny. Aunque muy severo consigo mismo, era excepcionalmente amable con cuantos lo rodeaban. Murió en Souvigny, Francia, en 1031.
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