San Cornelio, mártir.
Nació en el Imperio Romano en tiempo de Jesucristo. Fue centurión de la corte llamada Itálica, con sede en Cesarea de Palestina. Era un hombre bondadoso que vivía en el temor de Dios y daba limosna a los pobres. Fue catequizado y bautizado por San Pedro, como primicia de la Iglesia entre los gentiles. Llegó a ser obispo de la misma Cesarea. Coronó su vida con el martirio en fecha desconocida.
Santa María Bertilda Boscardin, virgen.
Nació en 1888 en Brendola, Verona, Italia, hija de campesinos muy pobres. Se llamaba Ana Francisca, pero todos le decían Anita y sus compañeros la apodaban “la tontita”, pues era de poca capacidad intelectual. Sin embargo, gracias a su juicio práctico y voluntad firme, se santificó cumpliendo su deber de todos los días. Pese a la reticencia del párroco y de la superiora, ingresó a los 17 años en las Hermanas de Santa Dorotea, donde se la llamó Bertilda. A su maestra de novicias le dijo: “No sé hacer nada, soy una inútil, una tonta. Enséñeme a ser santa”. Practicó en grado heroico las virtudes de la humildad, la caridad, la obediencia y la piedad. Murió el 20 de octubre de 1922. Fue beatificada en 1952 por Pío XII y canonizada por Juan Pablo II.