El
papa Francisco dijo hoy que "la hipocresía es el lenguaje de la
corrupción" y afirmó que se debe tener el coraje de la "verdad"
contra "el lenguaje socialmente educado".
El
papa Jorge Bergoglio realizó esta afirmación durante la misa que
celebró esta mañana en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde se
aloja, en la que se refirió a la escena evangélica del tributo al César y de la
petición de los fariseos a Cristo sobre la legitimidad de ese tributo.
En
su homilía, el papa Francisco señaló que la intención de
los que se acercaban a
Jesús, los corruptos, era hacerlo caer en la trampa.
"Con
palabras suaves, bonitas, demasiado dulzonas intentan presentarse como amigos,
pero todo es falso, ya que esa gente no ama la verdad, sólo a sí mismos, e
intentan engañar, implicar al otro en su mentira. Tienen un corazón mentiroso y
no pueden decir la verdad", subrayó el pontífice, que insistió en que
"el lenguaje de los corruptos es la hipocresía".
El
papa Bergoglio afirmó que la hipocresía no es el lenguaje de verdad, ya que
ésta "jamás va sola, jamás, siempre va con el amor". "No hay
verdad sin amor", aseguró el obispo de Roma, advirtió que el lenguaje
"persuasivo" lleva al "error, a la mentira" y agregó que la mansedumbre que Jesús quiere de sus
discípulos "no tiene nada que ver con esas adulaciones, con ese modo
azucarado de ir hacia adelante".
La
mansedumbre -añadió- es "sencilla, es como la de un niño, que no es hipócrita,
porque no es corrupto". Francisco advirtió a los cristianos sobre la
vanidad y dijo que aunque "nos gusta que se digan cosas bonitas de
nosotros", hay que tener cuidado, "ya que los corruptos lo saben y
con ese lenguaje intentan debilitarnos".
El
papa pidió a los fieles que piensen bien que lenguaje usan y si hablan con amor
"o con ese lenguaje social con el que se dicen cosas bonitas pero que no
sentimos".
"Que
nuestro lenguaje sea evangélico. Los hipócritas comienzan con la lisonja, la
adulación y acaban acusando a los que han adulado. Pidamos al Señor que nuestro
lenguaje sea sencillo, que hablemos como los niños, como hijos de Dios, con
verdad y amor", afirmó.
Ayer,
el papa también se refirió a la corrupción, al señalar que los corruptos son
"el anticristo", hacen mucho daño a la Iglesia y son "un
peligro, ya que son adoradores de sí mismos, sólo piensan en ellos y consideran
que no necesitan de Dios".
Desde
que fue elegido papa, el argentino Bergoglio oficia todos los días misa en la
capilla de la residencia de Santa Marta, a la que asisten personal de la Santa
Sede o personalidades que visitan el Vaticano.
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