La
provincia de Buenos Aires se convirtió en el segundo distrito del país en incorporar
la herramienta del juicio por jurados, que Córdoba aplica desde el año 2005 con
254 juicios orales penales desde entonces.
La
iniciativa aprobada ayer en Buenos Aires establece que el tribunal de jurados
actuará en los delitos cuya pena máxima en abstracto exceda de 15 años de
prisión o reclusión o, tratándose de un concurso de delitos, alguno de ellos
supere dicha pena.
Según
la norma, el jurado estará compuesto por 12 ciudadanos titulares y
6 suplentes
que serán elegidos por sorteo del padrón electoral, y recibirán instrucciones
de un juez, quien les indicará el encuadre jurídico de la cuestión a resolver.
En
Córdoba, el sistema se aplica desde 2005, y hasta ahora se celebraron un total
de 254 juicios orales penales en los que
participaron, además de jueces técnicos, jurados populares, tal como lo
prevé la Constitución provincial.
Los
especialistas señalan que la participación de jurados populares en ciertos
juicios penales permite generar responsabilidad entre los ciudadanos sobre
decisiones que hay que tomar respecto de graves delitos o con gran impacto en
la sociedad.
De
acuerdo con la Oficina de Jurados Populares del Tribunal Superior de Justicia
de Córdoba, de los 254 juicios que se celebraron con la intervención de jurados
populares, en 165 se juzgaron casos de homicidios y en el resto otros delitos.
Para
este año fueron sorteadas 6.166 personas, que son las que podrán desempeñarse
como jurados populares durante los juicios que durante el 2013 se llevan
adelante por medio de este mecanismo.
Las
personas que cada año resultan sorteadas deben completar una declaración jurada
y remitirla a la Oficina de Jurados Populares del TSJ, que procede a
confeccionar el padrón definitivo, al que recurre -también por sorteo- cada vez
que hay que conformar un tribunal.
Todos
los años, para la conformación de las listas de posibles jurados populares, el
tribunal ordena la realización de un sorteo, para lo cual se tienen en cuenta
la cantidad de electores con las que cuenta cada una de las diez
circunscripciones judiciales.
El juicio por jurados es oscurantista, retrógrado, antidemocrático, lento, caro y fracasado en el mundo.
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